Dragon Skull. Chaos Fire Vengeance. Reseña.

Impresionante, pocos adjetivos puedo añadir más al "discazo" que se marcaron las huestes de un grande de la batería, Carmine Appice, que junto a Johny Rod al bajo, arropan a la perfección a las guitarras de David Michael-Philips y Mike Sweda, junto a la inconfundible voz de Mark Free.
Uno de esos discos que te enganchaba y no te soltaba hasta el final, transmitía una magia y transmite, porque es uno de esos discos que me ha acompañado desde entonces cada vez que necesito un chute de energía… He leído, años después alguna que otra crítica o reseña, algunas que califican al disco como pasable, otras como un gran disco de los ochenta, las últimas comparten mi opinión sin duda, donde hacían referencia al sonido de King Kobra acercándolos a una mezcla de bandas como Judas Priest o Dokken, por comparar, si me parecen comparaciones acertadas, pero King Kobra lleva su sonido mas allá, dotándolo de una personalidad única.
El tema con el que comenzaba te dejaba noqueado, “Ready to Strike” "Qué diablos es eso? Bestial!!" Un tema que enganchaba a todo colega que lo escuchaba y con el que se hacía facilísimo bailar el famoso "hair metal" imitando a los miembros de la Banda, “Hunger” continuaba con la magia, no tan heavy pero con un estribillo dulce y pegadizo como la misma azúcar. Después llegaba “Shadow Rider” y su giro: "Every night is another scene... A chain reaction of dominoes..." ya era demasiado tarde, las guitarras de David Michael-Philips y Mike Sweda junto a la voz de Mark Free te habían atrapado…
“Shake up” y mas de lo mismo, riffs sugerentes, estribillo pegadizo y un solo cortito y eléctrico con la que llegábamos a “Attention” donde se nos volvía a poner la piel de gallina de nuevo a los que oíamos la casete, porque como en el tema de Saxon “Give it Everything You've Got” de su disco “Innocence is no excuse” a mitad del tema las revoluciones aumentaban y parecía que la cinta se quería quedar enganchada en los cabezales del reproductor de turno, con la que concluía la cara A.
Le dabas la vuelta a la cinta con ganas de mas y ahí estaban otra vez, la voz poderosa de Mark Free, los riffs y solos de David Michael-Philips y Mike Sweda encadenados en perfecta armonía con el ritmo marcado por Carmine Appice y Johny Rod.
Después de “Breakin out” llegaba “Tough Guys” con unos coros preciosos y unos giros para unir estrofas con solos y estribillo, únicos, para mi gusto nunca he vuelto a escuchar nada igual y mira que he escuchado música después, ni siquiera en sus siguientes trabajos, "Thrill of a lifetime" o "King Kobra III", demasiado flojos, ya nunca fueron lo mismo.
“Dancing with desire” me parece un baladón, en plena armonía con el resto de cortes del álbum, “Second thoughts” y “Piece of rock” un final apoteósico para completar un magnífico trabajo.
Temas relativamente cortos pero muy bien construidos, con una muy buena base rítmica, arreglos muy inspirados de guitarras y una voz poderosa. Diez temas cargados de un ritmo y melodía que no dejaban que se te descargaran las pilas durante los 40 minutos y de ello tenía mucha culpa tanto la voz de Mark Free como su guitarra líder o solista David Michael-Philips, una combinación perfecta, la experiencia de Carmine Appice al que le seguí la pista con bandas como Blue Murder y la frescura y energía del resto de los miembros de la banda. Una de esas casetes que nunca he rebobinado o adelantado para saltarme un tema.
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